13 abril, 2005

Cotidanidad y otras cosas

Lo aburrido de estar enfermo
Así cómo dice en la descripción de mi blog la vida de una rana como yo es… mmhh… estancada. Y parte de eso significa que vivo en una extensa cotidianidad. ¡Ya saben! Mi vida es muy rutinaria. Y digo lo mas que me pasó hoy fue que me enfermé de influenza (¡Sí! influenza no gripa, tiene su diferencia). Pasé una noche terrible por no poder dormir, y me dieron unos dolores de cabeza como pocas veces.

Acostumbro a no tomar nada de medicinas, ni pastillas ni antigripales ni inyecciones, ni gotas ni nada. Si usara medicinas por cada malestar que tuviera en la vida, viviría en una farmacia. Suelo controlar mis problemas de salud con remedios caseros, tes, dietas, y meditación. ¡Hey! ¡Aunque no lo crean si funcionan! Los remedios caseros y las dietas sirven para mejorar y fortalecer tu organismo, y la meditación sirve para soportar el dolor causado por la enfermedad y el desánimo de estar tomando los remedios y las comidas tan feas que te tienes que tragar. ¡buag! Una de mis remedios mas que más ha notado mi familia es el ayuno. Lo utilizo para purificar la flora intestinal limpiar un poco la sangre. Y aprovecho para alcanzar otros niveles en mi meditación.
Pero volviendo al tema, estaba diciendo que mi vida es muy cotidiana. ¡Y es que, qué tiene de especial una gripa! (esta bien! Había dicho que tengo influenza, pero para ahorrar saliva…) No tiene nada de especial ni emocionante. Por eso mejor les voy a hablar de otras cosas que aunque parece que si son cotidianas, tambien son trágicas, desagradables e insípidas. Cosas que pasan en este estanque.


Furia por justicia
Y es que apenas el día de hoy sucedió que en algún charco de este estanque, los llamados microbuseros tuvieron problemas con los habitantes de esa comunidad, por el simple hecho de atropellar una pequeña niña. (¡Simple! ¡Cómo no!) Y es que la prepotencia de estos personajes ya la hemos vivido todos los que tenemos que usar el transporte público. Manejan como echando carreras; se frenan rápido en una vía rápida; se estacionan y hasta suben pasaje en doble y triple fila; suben y pasan sobre camellones; se pasan altos y dan vuelta en zonas prohibidas. En fin, todo ejemplo de lo que no se debe hacer lo podemos encontrar en un microbusero.
Pues como iba diciendo un microbusero atropelló una niña. -¿Pero y eso qué?- Bueno pues los habitantes de la zona se enfrentaron a estos microbuseros, agarraron a los que pudieron entre ellos al que atropelló a la niña. Quemaron algunos microbuses, a otros los voltearon, los desmantelaron… hicieron su fiesta. En otras palabras tomaron la justicia en sus manos. Justicia, si así se le puede llamar, la justicia en las manos de una turba iracunda no parecen ser las manos mas indicadas.
Pero viéndolo por otro lado, qué reacción tendrías cuando vives en una zona semi o totalmente marginada en la que las autoridades no quieren escucharte, parecen estar inexistentes, o incluso son ellas las que abusan de ti. Pero tu como ciudadano común de ese charco (flojo y conformista) vives con lo idea y crees con certeza que eso es normal, que así es la vida o talvez tienes la esperanza de que algún día la situación mejorará, pero mientras tanto te aguantas todos los desalientos que vives día con día causado por la desprotección de las autoridades a tu zona. Vives con un temor por la inseguridad que has convertido en conformismo, pero un día, un buen día sucede lo que nadie quisiera para su vida: te quitan el tesoro mas grande de tu vida, lo único que tiene importancia para ti, tu único logro de tu pobre existencia… han atropellado por negligencia a tu hija. Es cuando explotas, y ahora si buscas la justicia por donde sea, pero las autoridades, como siempre, no van a servir de nada. ¿Qué haces? ¿Te vas a quedar sin hacer nada? ¿Vas a dejar que eso siga sucediendo? ¿Vas a dejar que los culpables se vayan sin recibir su merecido? En ese momento el pecho te quema, como si una llama ardiera en el centro de ti, sientes un bulto en el cuello como si se te formara un nudo en la garganta, los músculos se te tensan, y los ojos te lloran, tienes ganas de gritar pero ahogas tu grito en un gemido.
Vecinos y compañero, gente de tu comunidad comparten de alguna forma tu dolor. Y el odio intenso de toda la comunidad se convierte en furia. Van en busca de una justicia que solo ven sus ojos llenos de rabia, y esperan que eso alivie su propio dolor.
-¿Cotidiano? ¿Cómo es posible que digas que esto sea cotidiano?- ¡Pues así es! Los linchamientos parecieran estar sucediendo de forma más común en todo el estanque mexicano. Y la mayoría de las veces convirtiendo una situación trágica en algo mucho peor.
No los culpo porque yo mismo talvez también actuaría así, y por mi naturaleza talvez hasta sería de los liderara; pero tampoco los aplaudo porque ahora que no vivo esa situación no he sufrido ese problema, me parecen reacciones barbáricas y poco civilizadas. Ahorita pienso que podrían existir muchas otras formas de resolver ese mismo problema sin recurrir a la violencia. Pero no dejo de estar fuera de la turbulencia del problema dentro del calor de la escenario y el ambiente, si fuera uno de los afectados talvez, y solo talvez mi reacción sería tan bestial y barbárica como las de estas personas.
No los culpo... pero tampoco los aplaudo...




0 Comments:

Publicar un comentario

Croa en este espacio

<< Home